domingo, 26 de julio de 2015

SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA 26 DE JULIO


SAN JOAQUÍN y SANTA ANA 
abuelos de Jesús
padres de la Virgen María



26 DE JULIO
Dos nombres llenos de una grandeza profunda, que nosotros apenas podemos vislumbrar; dos nombres que se esconden tras de un velo luminoso e impenetrable. La gloria de María les oscurece y les ilumina a la vez. Son nombres que encierran un sentido misterioso, que resumen una vida, que hablan de las grandes maravillas de Dios.


Santa Ana y la Virgen María en la Catedral de Canarias ( Las Palmas de Gran Canaria )


Ana quiere decir gracia, amor, plegaria. En los días heroicos del pueblo hebreo, se llamó así la madre del profeta Samuel. Su historia emocionante nos la cuenta el libro de los Reyes. Vemos allí a la buena mujer rezando delante del altar de Yahvé con una plegaria íntima, profunda, secreta. Sus labios se mueven, pero su voz no se oye. Los sacerdotes la miran y la creen presa de la embriaguez. Son hombres que no conocen ni los secretos de las almas, ni los secretos de Dios. En su ceguera espiritual, confunden groseramente la inspiración divina con la inspiración del vino. Pero Ana puede contestar: «No, no he bebido vino, sino que he derramado mi alma delante del Señor.» Ha derramado su alma llena de tristeza, empapada en llanto y roja de vergüenza. Las lágrimas humedecen sus mejillas, y su corazón se ahoga de angustia, porque no ha logrado un hijo al pueblo de Dios; porque vive en el oprobio de la esterilidad; porque Yahvé no la ha encontrado digna de entrar en el plan divino, que ha vinculado la salvación del mundo en una mujer de su raza.
Santa Ana y la Virgen María en la Catedral de Canarias ( Las Palmas de Gran Canaria )

Por eso llora y reza también la mujer de Joaquín. La idea del Mesías estremece su alma, no puede olvidarla; un impulso invencible la arrastra hacia ella. Cree ver cuajarse en el Cielo el rocío de que hablaba el profeta; se abrasa con el recuerdo de las promesas divinas, pide a Dios el cumplimiento de los vaticinios, y toda su vida es una plegaria transida de fe, cargada de esperanza, trémula de amor. Pero ve al mismo tiempo su ineptitud; se siente excluida, rechazada; y observa con tristeza que la vejez asoma en sus cabellos, ara su frente y agosta sus mejillas. Y rezaba, rezaba sin cesar, ocultando su dolor al esposo, para no hacer un dolor más grande de dos dolores.


Resultado de imagen de SANTA ANA EN LA CATEDRAL DE LAS PALMAS
CATEDRAL DE CANARIAS (PLAZA DE SANTA ANA)
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Joaquín significa preparación del Señor, y preparación quiere decir espera, trabajo, constancia. El Señor suele tener largas preparaciones. Siglos y siglos estuvo preparando el mundo para habitación del hombre; siglos y siglos se pasó preparando por medio de los patriarcas y los profetas la venida del Deseado de las naciones; y ahora, cuando en el horizonte parece que brilla la luz, se complace en hacer que los hombres la deseen con ansiedad renovada. Pero el deseo no se seca nunca en el alma de aquellos dos esposos, que avanzan hacia el ocaso de la vida. Día y noche siguen porfiando en su oración inflamada y anhelante; rezan en el campo y en el hogar, en las tareas del pastoreo y en los quehaceres más vulgares de cada día. Su esperanza no palidece nunca, aunque apenas se atreven a pensar que su humilde deseo encierra el acontecimiento más grande del mundo, el punto culminante de la historia de la humanidad. Nada conocemos de la fisonomía propia de aquellas dos vidas, pero sabemos que en virtud de aquella unión admirable apareció en el mundo la obra que preparaba el Señor; sabemos que en el seno estéril de Ana germinó la plenitud de la gracia; que en sus entrañas se realizó el misterio de la Inmaculada Concepción. La generosa e infatigable expectación de aquellos dos seres logró al fin su recompensa. Todos los anhelos, todos los suspiros apasionados de los antiguos patriarcas se habían condensado en ellos, y en ellos iba a empezar la realización de todas las esperanzas. Fueron los padres de María; por ellos recibieron los hombres a la Madre de Dios, que es al mismo tiempo su Madre.

Esto es lo que sabemos de San Joaquín y Santa Ana. Basta y sobra para crear en nosotros un sentimiento de profunda gratitud, de confianza ilimitada. Grandes tuvieron que ser aquellos dos corazones, cuando el Señor los escogió para una obra tan admirable. Jamás podremos medir la altura, la profundidad, la amplitud de esa grandeza; jamás llegaremos a comprender la pureza de su amor, la hermosura de su virtud y el prodigio de su bondad. Y esto engendra la confianza; porque la verdadera grandeza es siempre piadosa, misericordiosa, compasiva. Ana, gracia y madre de la gracia; Joaquín, preparación del Señor, predestinados para hacer brotar en la tierra una fuente perenne de alegría y de salud, merecieron de los hombres la ofrenda del amor más profundo y de la más tierna gratitud.

sábado, 25 de julio de 2015

25 DE JULIO SANTIAGO Y JAIME



SANTIAGO Y JAIME
 25 DE JULIO
Yago fue la forma que tenía en la Edad Media el nombre bíblico "Jacob", ilustre porque lo llevó el patriarca que arrebató la primogenitura a su hermano Esaú, y que a partir de sus doce hijos fundó el pueblo de Israel organizado en las doce tribus; pero mucho más ilustre entre nosotros porque éste es el nombre del apóstol al que llamamos Santiago (Sant + Yago) el Mayor, que según la tradición vino a predicar el Evangelio a España. El nombre hebreo del que procede Yago es Yakob y suele interpretarse como "el que anda a la sombra de Dios". En español tenemos también la forma "Jaime", evolucionada a partir de la forma latina Jacobus, que en francés dio Jacques y en italiano Giáccomo. A partir de estas transformaciones es más fácil adivinar la transformación de Jacobus en Jaime. La universalidad de este nombre es extraordinaria. A ello contribuyeron en especial las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol en Santiago de Compostela, desde todos los rincones de la cristiandad. Santiago fue, con Roma y Jerusalén, uno de los tres grandes lugares de peregrinación de la cristiandad. Tal era la multitud de peregrinos que en los tres siglos de esplendor pululaban por los caminos que llevaban a Santiago, que los devotos empezaron a llamar a la ruta luminosa de la Vía Láctea , Camino de Santiago, por la semejanza entre las innumerables estrellas de ésta con las riadas de peregrinos al sepulcro del Apóstol.

domingo, 19 de julio de 2015

19 DE JULIO DE 1870 " LA INFALIBILIDAD PAPAL"

 
19 DE JULIO DE 1870 
( INFALIBILIDAD   PAPAL )
 
En los Estados Pontificios, y tras siglos de sesudas discusiones, el Concilio Vaticano I adopta una resolución mediante la cual se aprueba el dogma de la infalibilidad papal. (Hace 145 años)
 
El Espíritu Santo desciende sobre el papa Gregorio I, por Carlo Saraceni, c. 1610, Roma.
 
 
 
 
En la teología de la Iglesia católica romana, la infalibilidad pontificia constituye un dogma, según el cual el papa está preservado de cometer un error cuando él promulga, a la Iglesia, una enseñanza dogmática en temas de fe y moral bajo el rango de «solemne definición pontificia» o declaración ex cathedra. Como toda verdad de fe, ninguna discusión se permite dentro de la Iglesia católica y se debe acatar y obedecer incondicionalmente.
 
 
Dogma de la Infalibilidad Pontificia, literal:
 
"con la aprobación del Sagrado Concilio, enseñamos y definimos ser dogma divinamente revelado que el Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando, ejerciendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, en virtud de su Suprema Autoridad Apostólica, define una doctrina de Fe o Costumbres y enseña que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por lo mismo, las definiciones del Obispo de Roma son irreformables por sí mismas y no por razón del consentimiento de la Iglesia. De esta manera, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de contradecir ésta, nuestra definición, sea anatema."




jueves, 16 de julio de 2015

PROCESION VIRGEN DE LOS DOLORES ( VEGUETA )

DIA 16 DE JULIO DE 2015
PROCESIÓN VIRGEN DE LOS DOLORES
PARROQUIA MATRIZ DE SAN AGUSTIN
(CASCO HISTORICO VEGUETA-TRIANA)



 Luján Pérez en su retiro de la Vega de Santa Brígida, hacía verdaderos esfuerzos para dejar acabada esta imagen de la Virgen que le había encargado el presbítero D. Mariano Rodríguez del Castillo, Párroco del Sagrario, en 1815.
Al sentirse agotado el imaginero, se limitó a modelar una efigie sencilla, sin el acompañamiento acostumbrado de ángeles y serafines. Murió en diciembre de ese mismo año, por lo que esta obra la terminó "El Morenito", su discípulo más aventajado.
El resultado de la obra, considerada elegante y hermosa, tanto por la belleza del Niño como del rostro de la Madre, se encuadra dentro de las mejores tallas del maestro y puede rivalizar con las más admiradas salidas de su cincel.






En la Parroquia del Sagrario Matriz, con sede en la Catedral, que ya existía el año 1492, se había erigido una Cofradía a la Virgen del Carmen. El 8 de Febrero de 1608 el Cabildo Catedral aceptó que se celebrara sus cultos en la Capilla de la Virgen de la O.  Poco después, a esta Capilla  se le comienza a llamar de la Virgen del Carmen. En 1690 ya se sacaba en procesión la primitiva imagen.
    Luego, cuando se derribó el año 1781 la Iglesia del Sagrario con la Capilla de la Virgen del Carmen para ampliar la Catedral, La Parroquia con todas sus pertenencias pasó a la iglesia del primer Hospital de San Martín, edificado junto a la Catedral, donde hoy está la calle San Marcial. Al final del siglo 18, y para seguir ampliando la Catedral, se derribó el primitivo Hospital de San Martín, y la Parroquia pasó a la iglesia del Seminario, en la calle Dr. Chil, cuyo titular es San Francisco de Borja y regida por los PP. Jesuitas.
    Al pasar la Parroquia del Sagrario Matriz de una iglesia a otra, pasaba también sus pertenencias como el archivo Parroquial con los libros sacramentales, la pila bautismal, la imagen de la Virgen del Carmen… Estando en la iglesia de los jesuitas, su cura ecónomo don Mariano Rodríguez del Castillo le encargó, al gran escultor grancanario, José Lujan Pérez, la actual imagen. Fue su última obra que la dejó inacabada el año 1815, año en que murió. El 10 de Marzo de 1816 fue bendecida por el Deán de la Catedral.
    La iglesia del extinguido convento de los Agustinos quedó libre como consecuencia de la ley de desamortización y el Seminario necesitaba la iglesia de San Francisco de Borja. Entonces, el Obispo Don Buenaventura Codina decretó, el 9 de Septiembre de 1852, que la Parroquia del Sagrario Matriz pasara a dicha Iglesia con el nombre de Parroquia Matriz de San Agustín. El traslado, junto con  la imagen de la Virgen del   Carmen, se realizó el día 16 de septiembre del mismo año.

lunes, 6 de julio de 2015

7 DE JULIO ( SAN FERMIN )


 
SAN FERMIN
 
 
 
 
 
San Fermín, obispo de Pamplona. El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Evangelio a Pamplona, le consagró por su primer obispo y, vuelto después de algunos años a las Galias, predicó el Evangelio en el norte de Francia, muriendo en Amiéns, s. II.

El celo evangelista de Fermín en su tierra navarra emparejaba con el de su antecesor Saturnino. Al conjuro de la palabra entusiasta de Fermín los templos paganos se arruinaban sin objeto y los ídolos hacíanse pedazos: en poco tiempo el territorio fue llenándose de fervorosos cristianos.

Las devociones fundamentales de San Fermín eran precisamente las devociones fundamentales, dicho sea sin ánimo de paradoja: la Santísima Trinidad y la Santísima Virgen María. Invocando a la Santísima Trinidad, la devoción de las devociones, operaba milagros tan prodigiosos que los gentiles en Navarra y en las Galias llegaron a mirarle como un dios. Vamos a dejar a un lado la leyenda. Digamos en lenguaje actual que el amor de Dios inflamaba el alma de Fermín en una caridad milagrosa.

Fermín, después de ordenar suficiente número de presbíteros en su tierra, pasó a las Galias, cuyas regiones reclamaban el entusiasmo del joven obispo, pues a la sazón ardía en ellas furiosa la persecución. La indiferencia ante la persecución constituía en Fermín otra manera de predicar y no precisamente la menos eficaz. Los paganos de Agen, de la Auvernia, de Angers, de Anjou, en el corazón de las Galias, y también en Normandía, quedaban admirados de aquella presencia que daba sereno testimonio de Cristo, indiferente a todos los peligros. El ansia tranquila del martirio movía a Fermín.

Esta ansia dirigió a Fermín hacia Beauvais, donde el presidente Valerio sostenía una crudelísima persecución contra todo lo que tuviera nombre de cristiano. Fermín, encerrado muy a poco de llegar, hubiese muerto en la prisión, víctima de durísimas privaciones y sufrimientos, de no haber acaecido la muerte de Valerio, circunstancia que el pueblo creyente aprovechó para ponerlo en libertad. La fama de su entereza moral y su gesto de comenzar a predicar públicamente a Jesucristo tan pronto como salió de la cárcel movieron en aquella ocasión eficazmente el corazón de muchos paganos, que juntamente con los viejos cristianos, contagiados todos ellos del entusiasmo de Fermín, edificaron iglesias por todo el territorio.

A Fermín, infatigable, se le señala en la Picardia y más tarde, de regreso de una correría por los Países Bajos, otra vez en la ciudad de Amiéns, capital de aquella región, en donde había de encontrar gloriosa muerte. La cercanía intuida del martirio acrecentó más todavía su santa indiferencia y el entusiasmo de Fermín, ya incontenible en su empeño de predicar a Jesucristo. Por otra parte, la fe de Fermín seguía operando prodigios asombrosos, comparables a los de los primeros apóstoles.

El pretor de Amiéns, alarmado de aquel ascendiente, llamó a su presencia a Fermín; pero, prendado de su persona y de la sinceridad de sus palabras, mandó ponerle en libertad. Pero, como Fermín insistiera en predicar al pueblo la fe en Cristo, el pretor, volviendo de su acuerdo, ordenó encerrarlo en la prisión. La agitación del pueblo creyente, mal resignado con esta medida, determinó un miedoso y cruel impulso del pretor: mandó cortar la cabeza a San Fermín en la misma cárcel. En medio de la consternación de los cristianos un tal Faustiniano, convertido por San Fermín, tuvo el valor de atreverse a rescatar el cuerpo decapitado para enterrarlo provisionalmente en una de sus heredades, y más tarde, con todo sigilo, trasladó los restos de aquel gran devoto de María a una iglesia que el mismo San Fermín había dedicado a la Santísima Virgen.